sensación de un poeta al escuchar un clarinete

Acaricia mi alma en un suspiro, penetrante, inspira a mi musa delirante, sollozante en dunas melismáticas impregnadas en papiro, alcanzando delimitádamente límites perdidos en la vida o en la oscuridad, hambriento como el silencio que vuelve del olvido

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Hola queridos amigos y futuros seguidores, espero que os guste este blog...he realizado dicho blog para que aquellas personas que tengan dudas puedan solucionarlas y también para aquellas personas que no sepan que instrumento tocar. ¿Estaís preparados?...¡a tocar!

sábado, 9 de enero de 2010

Historia

El clarinete es un instrumento que evoluciona de un instrumento barroco llamado chalumeau, de madera y con una embocadura con caña caoz de interpretar las notas del registro grave de un clarinete soprano. De hecho al registro grave del clarinete (el que interpretamos sin usar la llave de 12ª) lo llamamos registro chalumeau.

A principios del siglo XVIII, Johann Christoph Denner (o su hijo Jacob), luthiers alemanes, incorporan al chalumeau la llave de 12ª para poder hacer el cambio de registro. El instrumento resultante se llama clarinetto (trompeta pequeña, en italiano) i se empieza a usar como sustituto de las trompetes en orquestas de cambra. El chalumeau sigue en uso hasta que se perfecciona el clarinetto para ejecutar con precisión el registro grave.

A finales del siglo XVIII, cuando Mozart compone el concierto para Clarinete y orquesta K622, el instrumento ya tiene cinco llaves y ocho agujeros. En el siglo XIX y gracias a Ivan Müller (inventor de las zapatillas modernas, que permiten tapar completamente los agujeros accionados con llaves), Baermann i Albert, el clarinete adquiere su formato casi definitivo.

En este momento, a mediados del XIX, se produce la separación entre los dos grandes sistemas de digitación del clarinete: el sistema francés y el sistema aleman. En 1839 Hyacinte Klosé, clarinetista (como todos sus predecesores Denner, Müller, Baermann, Albert, etc.) y luthier copia el sistema de Theobald Boehm de anillos movibles que éste había inventado para las flautas traveseras. Excepto los fabricantes alemanes y austríacos, la resta de fabricantes europeos (principalmente franceses como Buffet) adoptan el sistema Boehm. Alemanes y austríacos adoptan el sistema Oehler, que no deja de ser una evolución del sistema de Müller. El sistema Oehler también se conoce como sistema Albert (aunque éste es un poco más simple que el Oehler).

En el momento en el cual el clarinete se hace más popular y que aprender música ya no es algo elitista, otros fabricantes empiezan a hacer clarinetes, como los japoneses Yamaha, los taiwaneses Jupiter, los americanos Conn y Bundy, a imagen de los clarinetes francesos con el sistema Boehm que usaban Buffet, Selmer, Leblanc y Noblet. Aún hoy, de hecho los clarinetes franceses (principalmente Buffet y Selmer) son considerados mejores que los demás.

El hecho de que se hagan más clarinetes provoca por un lado que los instrumentos sean más baratos (al haber más demanda crece la oferta) , pero tambien provoca problemas de suministro de madera. A finales del siglo XIX los fabricantes franceses se habían decantado por el ébano, una madera africana flexible y resistente a los cambios de temperatura i con un sonido dulce, ideal para un instrumento melódico como el clarinete. El problema surge a mediados del siglo XX cuando la madera de ébano empieza a escasear y el precio de los clarinetes de ébano se dispara. Los fabricantes usan nuevos materiales como el plástico (conocido con nombres como ABS), la resina (un compuesto de goma y resina, llamado ebonita, resonita, etc) y otras maderas como el ébano (el granadillo).

Últimamente, como medida ecológica, el fabricante francés Buffet ha creado un nuevo material llamado Green Line. Éste material es un compuesto de resina de caucho y polvo de madera de granadillo, con la misma sonoridad que la madera de granadillo pero más resistente a los cambios de temperatura. Éste es el gran talón de Aquiles de los instrumentos de madera, pues la madera se contrae y se dilata con los cambios de temperatura. Por eso es conveniente que el clarinete siempre esté en un lugar con una temperatura estable, que la madera quede seca después de tocar y dejarlo protegido en su estuche cuando no lo usamos.

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